Ella tenía 25 años, se preparaba para una cita, ya llegaba tarde. Se ubica frente al espejo para peinarse, sobre la repisa del mismo hay perfumes, peines, cepillos (para cabello) y maquillajes.
Pero el maquillaje de la discordia se encontraba en la puntita de la repisa como si alguien a propósito lo hubiera dejado ahí, para que su fin sea el más trágico.

Las mujeres de la casa eran tres, la madre tenía un peine con cola, un cepillo redondo y uno chato, la hija menor tenía un cepillo chato y un peine. Pero ella, la mayor, solo tenía un pequeño peine de bolsillo. Todos estos artículos se encontraban sobre la angosta repisa en un extraño amontonamiento. Siempre quedando el peine más pequeño debajo de todos los demás.

Ella estaba apurada y sin tener en cuenta el milagroso equilibrio de la estructura formada sobre la repisa, intento sacar el peine generando un mínimo movimiento que gracias a un efecto dómino tuvo como resultado la estruendosa caída del maquillaje.

La madre pregunto de inmediato:

-¿qué paso hija?

Lamentándose y recogiendo con rapidez los pedazos del suelo ella respondió:

-huy se cayó una sombra.

La madre no le dio importancia pero antes de que ella se marchara le pregunto cuál de los maquillajes había dejado caer.

La hija mayor muy apurada, señalo el cosmético temiendo que esta le reclamara por el estado en que había quedado.

Sorprendentemente lo que menos le importo a la señora fue el estado deplorable en que había quedado el cosmético y pareció estallar su furia cuando descubrió que no se trataba de una sombra sino de un rubor. Entonces con indignación y vehemencia la regaño:

-como puede ser posible!!! 25 años!!! Y no sabes que esto es un rubor!!! Pero si sos una señorita!!! Esto es inconcebible!!! Sos una mujer o que sos?

Ella salió de casa entre regaños y sermoneos pensando que no era justo ya que nunca utilizaba maquillaje pero eso no la hacía menos mujer. O acaso para ser mujer había que maquillarse y además saber el nombre de todos los cosméticos?

Al llegar su colectivo ella subió, se sentó en un asiento del medio, saco su libreta anotadora y comenzó a escribir este texto.

brigitte

2 comentarios:

mordi dijo...

brigitte:
muy buena observación sobre el caos ordenado de la repisa y no sabés como te entiendo el universo femenino a veces es críptico.

KIKIN dijo...

ME ENCANTO!! amiga Briggitte, te felicito por plasmar este pedacito de cotidianeidad, y compartirlo con nosotrxs! Un beso

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