Discriminación por género en el sistema de justicia en casos de violencia sexual


LNP, como tantas otras adolescentes argentinas, fue violada en el año 2003. Pero LNP no es una más: ella DENUNCIÓ y se hizo escuchar. Dice Viviana Della Siega que su historia es una de las pocas que, dadas las circunstancias, tienen un final feliz en el sistema de derechos en que vivimos. LNP sienta un precedente importante en el país, y por eso queremos que su trayectoria se conozca para que muchas más tomemos la palabra y actuemos.

Ayer, 22 de septiembre, se llevó a cabo en Tucumán la presentación del libro que cuenta su caso. Cladem (Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer) lo editó junto a INSEGNAR (Instituto de Género, Derecho y Desarrollo de Rosario) para que la obra se difunda y las mujeres activemos.

LNP, de 15 años, vivía en El Espinillo (Chaco), pueblo de mayoría Qom (Toba) a la que ella pertenece, pero con el poder en manos de la minoría blanca, nada extraño. LNP fue víctima de una "chinada", práctica social con tradición de siglos que avala y naturaliza las violaciones de los varones criollos a las mujeres indígenas. El juez provincial encargado de su causa no quedó convencido de su testimonio, de las pericias médicas, de los relatos de otros tres testigos tobas, y en su lugar inició investigaciones para indagar en la "corrección moral" de LNP, sometiendo a ella, a su familia y a sus vecinos a interrogatorios denigrantes. Se comprueban las falsas acusaciones de su victimario, se comprueban los intentos de soborno por parte de su familia. El juez no se convence, son sobreseídos sus cómplices y a él no se le atribuye ninguna culpa. Gracias al accionar de los jóvenes de la Organización Meguesoxochi, la sentencia llega a INSEGNAR, organismo especializado en derechos de las mujeres, que observa con claridad que el fallo da cuenta de un proceso judicial en el que se practicó discriminación por género, por etnia y por clase social.

Con la autorización de la familia de LNP, INSEGNAR logró llegar a los tribunales de la ONU que dictaminaron que en esa sentencia el estado argentino ha violado los derechos humanos de LNP. Los victimarios quedaron impunes, es cierto, pero la víctima ha sido de algún modo reivindicada. Pasaron años hasta que el Estado, a través de sus instituciones, se hizo responsable de esta gran falla que atentaba no solo contra la dignidad y la calidad humana de LNP, sino también contra la de todo el pueblo Qom y la de la mujer en general.

La presión de la ONU llevó a Argentina a reparar materialmente el daño inflingido: una pensión vitalicia, una casa propia, atención psicológica, una beca de estudios y pedido de perdón en acto público. Pero además, y lo que juzgo aún más relevante, se pone en marcha un proyecto conocido como "NUNCA MÁS": nunca más violencia de género, nunca más discriminación a los pueblos originarios, nunca más diferenciación ante la ley por pertenencia de clase. A partir de esta sentencia, se iniciaron ciclos de formación para los jueces, abogados y demás funcionarios del estado de Chaco con el fin de capacitarlos en derechos humanos y de género.

El libro cuenta la historia del caso, el libro denuncia un sistema patriarcal que da lugar a que estas prácticas hayan ocurrido durante siglos y continúen reproduciéndose. Pero el libro no pierde de vista el optimismo, su principal cometido es mostrar que la acción de los movimientos organizados puede dar sus frutos y colaborar no solo a reconstruir la dignidad de LNP, que el estado quebró, sino también a buscar la transformación desde adentro, a través de esos cursos y capacitaciones que con el tiempo podrán sistematizarse y extenderse a otras áreas, para contribuir en la formación de profesionales con perspectiva de género y derechos humanos.

Más información en



Dejamos aquí el link para descargar la Guía de Sexo entre Mujeres, creada por la organización Mujeres al Borde.

La guía nos pareció muy útil para sacarse mitos y prejuicios y también para conocer más sobre el sexo entre mujeres y la forma de realizarlo de manera segura.


http://www.mulheresrebeldes.org/Lesbianidades/Guia%20de%20Sexo%20entre%20mujeres.pdf



La guía está en fomrato pdf.
Disfrútenla!


Este sábado 11 de septiembre repetimos "las mateadas" que venimos haciendo hace un tiempo, y que consideramos como un espacio agradable para intercambiar ideas, intereses, curiosidades, experiencias, informacion, a las vez que tomamos unos mates y nos vamos conociendo.

El punto de encuentro en esta ocasión, es en los alrededores del piletón del parque avellaneda (av. mate de luna 1800). El horario de la cita es a las 17.hs.

lxs esperamos!!

si tenés alguna consulta, escribinos a cruzatedevereda@gmail.com

CRUZADAS invita a participar del TALLER DE VIOLENCIA ENTRE LESBIANAS a cargo de Desalambrando BS.AS. (www.desalambrandobsas.org.ar).


Deslambrando Bs.As. es el primer programa en Argentina dedicado a la prevención, asistencia e investigación sobre violencia, cuando esta tiene lugar en las relaciones entre lesbianas / bisexuales. A través del tiempo, ha extendido su campo de acción, trabajando también en la concientización y sensibilización acerca de la violencia cultural, social e institucional hacia las lesbianas / bisexuales y hacia todas las personas que a causa de su expresión, identidad de género o de su orientación sexual sufren discriminación, violencia o segregación.


Las actividades de este taller fueron pensadas para mujeres lesbianas y bisexuales con ganas de adentrarse en una problemática que muchas veces se invisibiliza dentro del mismo colectivo. Desde Cruzadas, nos parece importante contar con su participación para comprender un poco más parte de la compleja realidad que vivimos y contribuir a su transformación ;)


El taller será este SÁBADO 10 DE JULIO en SONORA CasaTomada (suipacha 558- San Miguel de Tucumán) de 10.30 a 17hs. El almuerzo lo hacemos entre todxs, a la canasta.

Por favor, confirmanos tu asistencia a cruzatedevereda@gmail.com



Barbie es un juguete, pero un juguete sexual. La inventó un tipo que considera a las mujeres poco menos que objetos. Un hombre macho fascinado con los prostíbulos. Un tipo obsesionado con las mujeres de apariencia aniñada, virgen, dócil, que en sus propias oficinas de Mattel, mientras diseñaba a sus muñecas, recibía las llamadas de la proxeneta que le enviaba prostitutas cada vez más jóvenes. En ellas se inspiraba para la creación que terminó en manos de millones de niñas del mundo.

Barbie invita a las niñas a jugar a Sex and the City o a la cabaretera.

El problema con Barbie no es la muñeca hermosa en sí misma, sino lo que representa. Representa a la cultura de la mujer-madre-sexi-amadecasa-dócil, de la mujer manipuladora que juega a hacerse la tonta para lograr sus objetivos usando su “encanto”, representa la cultura de la mujer con tetas, pero sin clítoris. Esa sonrisita inocente de Marilyn Monroe que esconde a una mujer deprimida y utilizada por el poder, víctima de su propio personaje.

Eso es lo que esconde el símbolo, por eso incomoda a tantas personas. La fabricó para que todos los hombres tuvieran una rubia boba y tetona en casa.

El hecho es que la muñeca más vendida de la historia sea producto de la travesura fetichista y machista.
La historia lo confirma y la realidad lo reafirma cotidianamente. Dale una espada a un niño y querrá hacer la guerra. Dale una Barbie a una niña y pensará que sin tetas no hay paraíso.

El hecho es que la muñeca más vendida de la historia sea producto de la travesura fetichista y machista.
La historia lo confirma y la realidad lo reafirma cotidianamente. Dale una espada a un niño y querrá hacer la guerra. Dale una Barbie a una niña y pensara que sin tetas no hay paraíso.



Matrimonio entre personas del mismo sexo, una vuelta de tuerca.




Mucho se habló sobre matrimonio en estos últimos meses. La historia del matrimonio, la etimología de la palabra matrimonio, quiénes pueden formar un matrimonio… Muchas voces se escucharon, muchas otras se hicieron oír. Finalmente, la ley se aprobó, y cada cual a la casa, algunxs con muchísima alegría y regocijo, otrxs con un miedo profundo y un odio tremendo.
La conquista de este derecho fue una lucha que llevamos a cabo todxs los que marchamos, todxs los que discutimos alrededor de una mesa, todxs los que sonreímos cuando en la madrugada del 15 de julio la ley fue aprobada.


Es un hecho. Ahora personas del mismo sexo pueden casarse, adoptar, compartir obra social, heredar, y otra serie de privilegios dispuestos por la ley.

No puedo negar, y no lo voy a hacer, que aparte de este reconocimiento de derechos, en la sociedad se pudo debatir sobre una realidad invisivilizada hasta el momento. Gay y lesbianas se filtraron en cada una de las conversaciones durante más de un mes; los partidos políticos abrieron áreas específicas de “diversidad afectivo-sexual”; se hicieron actividades en todas partes del país; se habló mucho, y pudimos ver, una vez más, cómo los sectores más conservadores de la sociedad ponían en evidencia su falta de argumentos, recurriendo constantemente al orden divino, “lo naturalmente dado”; soportamos insultos, violencia verbal y simbólica, condenaciones, y mucho más. Estos sectores mostraron estar en crisis y no contar hoy en día con la estructura con la cual contaban años atrás.

Pasada la euforia, llega el momento de la reflexión crítica y de los replanteos de hacia dónde vamos y qué es lo que queremos. La modificación de esta ley nos convierte en ciudadanxs como cualquier otrx, podemos elegir si queremos casarnos o no, el estado ahora nos reconoce y nos brinda derechos, pero ¿era eso lo que queríamos? Cómo activistas y militantes ¿es eso lo que queremos?

Contrariamente a lo que leí por ahí, el matrimonio no es una cuestión de amor. Amé y voy a seguir amando por dentro y por fuera de las instituciones. Que nos reconozcan el derecho a casarnos, no legitima el amor que yo pueda sentir por una persona, sea de mi mismo sexo o del sexo opuesto, sea una o sean varias.

Caemos una y otra vez en los binarismo, hombre/mujer, heterosexual/homosexual, pasivo/activo, a favor /en contra, personas del mismo sexo/ personas del sexo opuesto. Yo me pregunto en qué momento llegó a ser el matrimonio la principal necesidad del movimiento lgtb.
El matrimonio es un contrato que reconoce ciertos privilegios sociales y económicos a ciertas personas. Parecería ser que, al reconocernos este derecho, dejaríamos de cargar con el estigma de la promiscuidad, ya que al permitirnos casarnos, se supone que reproduciremos la pareja monogámica hegemónica. El matrimonio es una institución normalizadora y normativa, donde se regula y se privatiza la sexualidad, excluyendo y marginalizando a otrxs, excluyendo las posibilidades de libertad sexual que siempre fueron objetivos de los movimientos de liberación.


Una vez más quieren disciplinar nuestros cuerpos, someterlos a leyes y a contratos. La tendencia a tratar las identidades sexuales y de género como elementos fijos, refuerza las divisiones binarias, que regulan los deseos, las prácticas sexuales y las relaciones sociales en general.
Este es un punto de partida ¿cuál es el punto de llegada? ¿Qué estamos dispuestxs a ceder en ese camino? ¿No existen caminos alternativos?

Sabemos que el hecho de que los matrimonios homosexual y heterosexual tengan ahora el mismo estatus legal, no elimina la discriminación contra las personas lgtbi, ni tampoco las diferencias que existen entre gay, lesbianas, travestis, trans y bisexuales. Continuarán las diferencias entre gays de primera y de segunda, la invisibilización de las lesbianas, el relegamiento de las personas transexuales y la inexistencia de bisexuales e intersex a los ojos del movimiento lgtb. Mientras no transformemos las relaciones de poder desde sus bases, no modificaremos realmente las relaciones sociales, económicas, políticas, sexuales y culturales.
Como activista me propongo revisar todas mis relaciones sociales, cuestionar mi forma de relacionarme con el mundo y como el mundo se relaciona conmigo. Reproducir instituciones heterosexuales, patriarcales y capitalistas no debe ser un fin, sino, tal vez, un medio, para lograr que estas instituciones caduquen, dejen de ser necesarias, destruirlas desde su interior, como el caballo de Troya. Decir que estoy a favor del matrimonio sería una contradicción, decir que estoy en contra, sería políticamente incorrecto. Tampoco siento la necesidad de pronunciarme de un lado o del otro, porque no creo en los pares simples y binarios, pero sí creo necesario llamar a la reflexión, a la crítica y al debate.



Milagrx


Es ley, nos podemos casar. Gracias a un recorrido histórico de lucha y reconocimiento. Gracias a una progresiva apertura mental de- parte de- la sociedad. Y gracias a disputas y luchas de poderes, entre otras cosas. Sería muy iluso decir que todo transcurrió como debía, sería iluso suponer que la ley trae adherida un cambio de mentalidad en la gente. Sería poco optimista decir que no vamos por buen camino.

Vamos por partes.

Estamos contentxs, sí. Conseguimos un reconocimiento que va mucho más allá de la ley en concreto y conseguimos una ley que exige cambios en la sociedad para funcionar. Lo que, valga la aclaración, es muy bueno. Más allá de la norma concreta, se nos reconoce legalmente como iguales, con los mismos derechos, deberes y capacidades que cualquier ciudadano argentino. Mucho más allá de la norma, están los ciudadanos argentinos. Los que lucharon a favor y en contra. Los que no entienden por qué tanto escándalo, los que lucharon al lado de sus amigos o familiares homosexuales y los que les parece “una abominación”, “antinatural” o similar a querer casarse con una lechuga. Para que podamos realmente disfrutar de esta ley, se exigen cambios en la sociedad, y eso es bueno.

El cambio que tiene que atravesar la sociedad argentina es algo bastante parecido al proceso de “salir del clóset” por el que pasamos los homosexuales. Es afrontar las cosas como son, o mejor dicho, como queremos que sean. Es salir de un supuesto “orden natural” y replantearse cómo realmente queremos vivir, de qué somos capaces y por qué luchamos.

La sociedad nos brinda un abanico de roles sociales, donde cada uno debe mantenerse dentro de ciertos parámetros de “lo correcto” y evitar caer en ese misterioso agujero negro de “lo fuera de lugar”. Unos trajes que no están hechos a medida y que siempre incomodan por algún lado. Una relación homosexual, en Tucumán, no tiene traje, ni ningún manual de costura, tiene un ropero donde esconderse. Si uno tiene ganas de salir, sale desnudo e improvisa, siente y piensa.

Para ilustrar esto voy a escribir una, de las miles, de preguntas que me hice cuando empecé a salir con una mujer. Una situación cotidiana, abrir una puerta cuando entramos a un bar… ¿quién pasa primero? ¿¿¿La dama??? Esto puede sonar estúpido o irrelevante, pero creo que, a muy pequeña escala, ilustran ciertos debates internos, necesarios para despojarnos de esos prejuicios, de esos trajes, closets, anteojos o mochilas que no se ajustan ni a nosotros ni a nuestra realidad.

Yo, mujer lesbiana, puede actuar “caballerosamente” si lo deseo o puedo dejarme mimar si así lo siento. Puedo ser mamá, papá, estudiante, empleada, jefa, presidenta, solterona o ama de casa. Lo aprendí cuando “salí del clóset”, cuando observe el mundo que había afuera, no el mundo patriarcal y heteronormativo, ese que te encierra, y se encierra, en un clóset. Un mundo un poco más libre de prejuicios, donde la gente se anima a tratar cosas nuevas. Donde la gente se besa en la calle y donde lo que queremos es poder expresar el amor en libertad.

No me mal interpreten, no estoy diciendo que ser homosexual traiga aparejado ser una persona con menos prejuicios o con mayores capacidades de dar amor. Pero la situación, la negación de algo tan fuerte como el derecho a expresar el amor que uno siente por otro, simplemente porque alguien dice que “está mal”, lleva, casi obligadamente, a que uno se replantee muchas cosas. Y ahora que salió a la luz, es un debate que obliga a que todos nos replanteemos muchas cosas. Que entendamos que nuestras vidas no tienen por qué mantenerse estáticas y que para ser felices nos tenemos que aprender a parar y luchar por lo que amamos.


Otro punto, no creo que el debate que surgió alrededor del matrimonio homosexual haya estado despojado de clósets. Vi mucha crueldad e ignorancia, vi estrategias y mentiras. Vi peleas camufladas. El proceso se desvirtuó, el día antes de la votación en el senado, no se hablaba de la ley, se hablaba de la pelea de los Kirchner contra la iglesia ¿Y nuestra lucha? Nuestra lucha estaba en las calles, estaba en los debates diarios, en los conflictos y charlas con colegas, familia y vecinos. En el respeto inesperado que te abraza y contiene y en la amarga desilusión de alguien que te da la espalda.

Durante el debate, hasta que salio la ley y todavía ahora, hay muchas cosas que siguen escondidas en algún clóset, prejuicios, ambiciones, miedos y dobles intenciones. Pero yo no. Nosotrxs no, ustedes no. Muchos de nosotrxs salimos del clóset, y no solo para casarnos. Para ser lo que somos, homo o hetero, casados o solteros, porque lo queremos, deseamos y merecemos.

Puedo ser libre, tengo que ser libre. La historia de nuestro país dio vuelta una página y no hay nada escrito, somos los dueños de nuestro futuro. Dimos el primer paso hacia una sociedad más tolerante. Pero es importante dejar en claro que es un primer paso y que quedan muchos más por dar. Es un reconocimiento, es igualdad ante la ley. Mucho más allá de la opinión que cada uno tenga de la institución matrimonio y de las ganas de casarse. Es un reconocimiento. Hola, acá estamos, existimos y nos amamos como ustedes. Miren, escuchen y aprendan junto a nosotros. Es un nuevo mundo el que estamos creando y todos formamos parte de él. Todos podemos y todos debemos reconstruir nuestra vida como lo deseamos. Afuera del clóset.

Gatta, Cruzada

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