Amigos!

Nuestra organización se complace en anunciarles que a pesar del corto camino que llevamos recorrido -apenas 8 meses!- hemos alcanzado la liberación absoluta; la verdad por la que veníamos luchando, y que sin esperar encontramos de repente.

Ni en manifestaciones, ni a través de pintadas, ni en encuentros, ni en festivales. Ni mucho menos en improductivas discusiones asamblearias y horizontales.

La verdadera iluminación nos llegó de las sabias palabras, la presencia imponente y autorizada de un hermano.

Es por esto que hoy, llenas de paz interior –y sobre todo de alivio- podemos anunciar nuestra despedida.

Hermanos…tenemos cura. Y estamos dispuestas a compartirla con todos los infelices gays como nosotras.

El padre Ch, sacerdote y abogado, se hizo eco de nuestro sufrimiento y a través de una conferencia brindada el lunes en el Concejo Deliberante Municipal, nos ha aportado desde la total humildad que como auténtico fiel lo caracteriza, las palabras que necesitábamos escuchar, y que hasta ahora habíamos buscado sin resultados efectivos: no tenemos por qué seguir padeciendo la distorsión de nuestra naturaleza, ni conviviendo con los trastornos psicológicos que conlleva el deseo hacia una persona de nuestro mismo sexo. No tenemos por qué seguir aportando a las crueles pero indiscutibles estadísticas que nos colocan como los auténticos culpables de la expansión del SIDA, que tan injustamente ha afectado por nuestra irresponsabilidad y degeneración sexual a nuestros hermanos heterosexuales.

Han de terminarse las adicciones a las drogas y la pedofilia, males característicos de nuestra comunidad enferma. No deberemos hacernos cargo nunca más de las violaciones sexuales que inevitablemente perpetuamos, impulsados por el deseo enfermo con el que convivimos. Sí deberemos responder por las injurias y la campaña de desprestigio sostenida contra los sacerdotes injustamente acusados de violaciones a menores. Nos hagamos eco de la verdad…siempre supimos que los verdaderos culpables sólo ejercían el sacerdocio como pantalla para esconder su pasado homosexual.

Hermanos -porque a partir de ahora nos dirigiremos así a ustedes-, pedimos perdón:

-Perdón por engañarnos y engañarlos pretendiendo respeto y felicidad como lesbianas. Eso es imposible, y hoy somos capaces de reconocerlo. El orgasmo clitoriano era una mentira. Por locas que nos volviera en la cama, por autónomas y libres que nos hayamos sentido dando y recibiendo ese supuesto “amor” de otra mujer; no podemos ir en contra de la naturaleza, y ésta es heterosexual. El verdadero placer -y no ese trucho y cochino-, depende exclusivamente de los hombres, y sólo debe ejercerse para reproducirnos como especie. Sino, ¿quién sacará brillo con el esmero del amor al Papa de los sagrados estandartes dorados del Vaticano sino nuestras hijas, vírgenes, puras y obedientes.

-Perdón por no comprender la lógica aristotélica. Por mucho que tiremos la piedra hacia arriba, ésta siempre caerá, y no volverá a levantarse por sí misma. Por muy capaces que nos sintamos de amar a quién se nos cante y de ser felices con ella (guácala), nuestra vagina es para los chicos. Amén. (Gracias Padre Ch por esta metáfora iluminadora).

-Perdón, finalmente, por haber intentado manipular a diputados y senadores bajo falsos discursos de discriminación y derechos humanos, pretendiendo que aprobaran lo inaprobable. No reclamaremos más el derecho al casamiento. El “Hasta que la muerte los separe” no nos corresponde como gays. A menos que hablemos de muerte a causa de VIH, claro.

Agradecemos profundamente al Padre Ch por haber velado por el bien de la sociedad, ayudándonos a entender que no podemos pretender el ejercicio de las tendencias homosexuales ni lésbicas bajo el argumento simplista de que “no hacemos daño a nadie”.

Ahora entendemos que sí lo hacíamos. Hacíamos mal a la estabilidad social que hoy reina gracias a que la heteronormatividad sostiene su hegemonía. Poníamos en peligro la justicia, la equidad y la salud que caracterizan por igual a todos los sectores y a todos los países. Pensar en que casi hacemos tambalear tanta armonía nos da vergüenza. Por suerte con 3 avemarías y 2 y ½ padres nuestros eso se perdona (o algo así nos dijo el sábado en Diva unx amigx del Opus).

Estamos abiertas a quienes deseen compartir las técnicas curativas del Padre Ch.

Para ello, con esfuerzo, pero convencidas de que sólo el dolor terrenal nos asegura el cielo, y conscientes de que sólo puede perdonársenos convirtiendo en dolor lo que antes fue placentero, convocamos a todxs lxs trans, lesbianas, homosexuales y más tergiversados que se les ocurra, a continuar sus prácticas actuales hasta que el momento divino de curación se manifieste bajo un halo de luz fosforescente. Si por extraños motivos esto se demora, haremos los reclamos correspondientes a EDET, pero en ningún caso puede dudarse de que la curación no llegará.

Deseando una pronta sanación a toda la comunidad gay, por el bien de esta sociedad transparente y alejada de la hipocresía, nos despedimos, esperando que les sean leves los últimos tristes y estériles orgasmos de su existencia.

CruZaNas

Porque no éramos lo que queríamos ser, cambiamos tortas por hostias.


(entiendase la ironía del texto)

3 comentarios:

mordi dijo...

siempre me causó gracia la frase "Dios inventó el SIDA para matar a los putos" lo loco es que lo decían con una gran cantidad de convicción y convencimiento...
lo del cura Ch es otra muestra más de lo conservadora (me parece que algo se pudrió en la heladerita) que es la población tucumana... sigan así gentes, sean felices y NO vayan a misa, quién te dice que te toque (uff hasta es tiene doble sentido) un infiltrado en la curia :P

Anónimo dijo...

El SIDA es una enfermedad autoinmune. En el hecho de que esté relacionado con la homosexualidad marca una pauta a tomar en cuenta. No todos los sidosos son homosexuales, ni todos los homosexuales son sidosos, pero el número donde ambos coinciden en demasiado grande como para que sea casualidad. Entonces, así como el SIDA es una efermedad (que no la causa el HIV sino el propio organismo) así también la homosexualidad es una enfermedad.
Yo tengo SIDA y soy homosexual, y sólo me culpo a mi mismo.

Cruzadas dijo...

Creo que hay un error en tu relación causa/consecuencia. No tenés SIDA por ser gay, lo que sucede es que a falta de una buena educación sexual -de la que sufrimos particularmente los gays ya que "de eso no se habla"-, la gente contrae SIDA u otras enfermedades. Yo creo que es más acertado culpar a la falta de información o concientización que a tus preferencias sexuales.
SER GAY NO CAUSA SIDA.

El Sol SIN PROTECCION te puede causar cancer de piel. ¿El sol es una enfermedad?
Sacando el hecho que es imposible comparar el sol con una preferencia sexual, je, a lo que voy es que no hay que confundir la falta de cuidado con otras circunstancias que lo rodean. Todo te puede enfermar, hecharle la culpa a la homosexualidad, en mi opinión, solo demuestra la falta de tolerancia de la gente.
No caigas en eso.
Es más, yo te diría que no te heches la culpa a vos ni a nadie. Ya paso, ahora hay que trabajar para adelante.

Gatta (esta es mi opinión personal)

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